- Se ha vuelto común la demolición de casonas del Porfiriato que son sustituidas por grandes edificios en Carranza y el Centro Histórico
Al menos en lo que respecta a San Luis Potosí, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se había convertido en poco menos que una membresía de acceso para todo tipo de eventos políticos, fiestas de la socialité y cafecitos mañaneros. Durante años ha permitido la destrucción de históricas fincas, antiquísimos monumentos e incluso la modificación de plazas principales de lugares como Real de Catorce y ni hablar del Centro Histórico de la capital potosina.
Hoy, para el encargado de despacho, Hugo Cotonieto Santeliz, con amplia currícula académica, pero precaria presencia en el día a día de los potosinos, la defensa de piedras de adoquín de hace 50 años se ha convertido bandera de batalla.
Cotonieto Santeliz, labora desde 2010 en la delegación del INAH en San Luis Potosí y durante 23 años se ha hecho de la vista gorda con la demolición de fincas porfirianas que avenida Carranza, convertidas hoy en edificios de departamentos y hoteles.
No supo dónde estaba Real de Catorce cuando demolieron parte de la Plaza Principal para la colocación de baños públicos, ni se apareció cuando se llevaron la piedra de las calles que estuvo ahí cuando el general Porfirio Díaz visitó el pueblo minero.
Hugo Cotonieto nada dijo con todas las casonas del Centro Histórico que Horacio Sánchez Unzueta se apropió y destruyó. Nada dice de la construcción de la nueva torre contigua al Hotel Panorama, que no cumple con los requisitos de imagen que tiene el Centro Histórico.
Mucho menos se apareció cuando Victoria Labastida y Mario García Valdés destruyeron la Alameda Juan Sarabia, talaron árboles y modificaron sus camellones laterales.
El INAH, hoy en manos de Hugo Cotonieto Santeliz, defiende el adoquín colocado hace unos 50 años, piedras que significan un verdadero peligro para las personas pues pisar sus hendiduras es una caída segura para adultos mayores y niños.
El INAH defiende piedras, pero cierra los ojos ante la destrucción de monumentos, patrimonio histórico de San Luis Potosí.