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En la primavera de 2018 la militancia de Acción Nacional se preparaba para la peor derrota de su historia, tan sólo superada por el PRI, que después de ser el partido en el gobierno cayó al deshonroso cuarto lugar nacional. Llegado el verano la noche y madrugada del domingo 1 de julio, todos sabían el terrible resultado, el PAN en San Luis Potosí perdió diputaciones, alcaldías y regidurías, se conformaron y contentaron apenas con el triunfo de la capital del estado que, en realidad no ganaba el partido, sino Xavier Nava, que desde ese día ha mostrado su aberración y rechazo a los azules.

Pero no hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza. El pasado sábado 3 de octubre durante la realización del Consejo Estatal del PAN para elegir el modo de designación del candidato a gobernador para la elección de 2015, fue el momento de cobrar viejas facturas, afrentas y traiciones.

Por más que Juan Francisco Aguilar se empeñó en llamar a la civilidad, el diálogo y la unión, fue una mujer la que empezó a encender el ambiente. Lidia Argüello, que hasta junio pasado encabezó el Instituto de Investigaciones Legislativas, estuvo en desacuerdo hasta con el orden del día.

Lidia sabía que era su momento de mostrar rechazo y repudio contra el dirigente estatal, Juan Francisco Aguilar, quien en un arrebato pidió al huasteca Rolando Hervert que la destituyeran y corrieran del Congreso del Estado, lo que en su momento calificó de “violencia política y de género”.

La encomienda de Juan Francisco y la dirigencia panista era una, asegurar la posibilidad de obtener la candidatura a Xavier Nava, que se ha negado a afiliarse al PAN.

El ambiente seguía calentándose cuando llegó el momento de la consejera del municipio de Ciudad Fernández. Valiente y sin temor a nada, arremetió contra Xavier Azuara, lo acusó de no tener palabra ni pantalones, pues cuando pidió el voto de los militantes para convertirse en líder estatal del PAN les prometió que no lo hacía para tener un cargo público en el 2018, pero más tardó el año en llegar que él en hacerse de la diputación plurinominal federal.

La consejera le echó en cara su falta de apoyo, pues en Ciudad Fernández otorgó la candidatura a Martín Hernández Robles, a quien calificó de “candidato débil” a fin de beneficiar al entonces perredista Alfredo Pérez, quien finalmente ganó la contienda.

Ya encarrerada, la consejera acusó a Xavier Azuara de haber entregado al partido al gobernador Juan Manuel Carreras, al PRI, a Xavier Nava y además vender favores políticos.

Mientras la consejera reclamaba, Azuara agarraba aire como para responder pero no le salían las palabras, se ponía rojo, rosa, amarillo, azul, morado, de todos los colores, finalmente la prudencia o la vergüenza le impidieron contestarle a una mujer.

Recordaron que durante la administración de Héctor Mendizábal el PAN además de obtener más votos también obtuvo más alcaldías, más diputaciones y más regidurías.

Pero los reclamos siguieron.

Salieron a relucir las traiciones de 2015. Xavier Azuara que ya estaba de mil colores se puso pálido cuando le recordaron que durante la campaña no apoyó a Sonia Mendoza.

Alejandro Zapata Perogordo se acomodó el cubreboca como queriendo cubrir su rostro completo, así como lo usó unos días el alcalde de Tierra Nueva, Margarito Chaverría, uno de los alcaldes panistas en funciones, que el mes pasado fue víctima de violencia intrafamiliar.

Muy a su estilo, con la espalda bien derecha y la voz firme, intentó reclamar, defenderse y llamar a la humildad, además de que reclamó a los diputados locales por las notas periodísticas que los señalan de vender su voto. El encargado de responderle fue Rubén Guajardo quien le recordó tooooodo lo que se dice de Zapata Perogordo, sus escándalos de corrupción, de enriquecimiento ilícito, la contratación de scort, su video con “la Montana,  las parrandas que lo llevaron a perder la gubernatura en el 2009 y la traición a Sonia Mendoza en el 2015.

Los ánimos seguían subiendo, pero como ente ellos ya se conocen, sabían que la pelea, incluso al interior del partido, no se daría en esa sala, sino en la contienda interna.

En 2015 Sonia Mendoza logró ganar la contienda interna, consiguió el voto de la militancia, pero desde ese domingo de la elección interna en la explanada del Jardín de San Miguelito, mostraron sus cartas los traidores que finalmente llevaron a la derrota electoral.

Listos para la elección interna, Sonia Mendoza, Marco Gama, Boris Lozano, Rolando Hervert, Octavio Pedroza, y Xavier Azuara, saben que la contienda interna no es entre ellos, sino contra Xavier Nava, que con el apoyo del líder nacional, Marko Cortés, y del gobernador Carreras, les quiere arrebatar la candidatura de Acción Nacional a la gubernatura del Estado en el 2021.

Puede ser que Nava finalmente logre la tan anhelada unión panista o nuevamente perderán ellos y harán perder a San Luis Potosí.

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